domingo, 12 de febrero de 2012

Notas sobre el Lavadero Público de Salillas de Jalón

El agua que manaba de la fuente de Salillas fue aprovechada sabiamente por los vecinos para crear a su alrededor un conjunto de pequeñas infraestructuras que cubriesen todas sus necesidades de. Un matadero o macelo, un abrevadero, un lavadero y un pequeño fregadero utilizaban el agua de la fuente gracias a un conjunto de canales y tajaderas para su distribución.


Esquema de ubicación del lavadero. Plano finales años 60

El antiguo lavadero público del pueblo era un pequeño edificio de planta rectangular de aproximadamente 7 metros de largo por 5,50 metros de ancho con robustas paredes de mampostería que alcanzan los 40 centímetros de grosor y un tejado a dos aguas cubierto con teja árabe. En su interior se ubicaban las pozas utilizadas por las mujeres del pueblo para lavar hasta la llegada del agua corriente en las casas a finales de los años sesenta.


Esquema lavadero público

El lavadero constaba de dos pozas. Una primera poza rectangular que estaba dividida a su vez en dos partes; La primera era la denominada “aclarador” donde las mujeres quitaban el jabón aprovechando la llegada del agua limpia de la fuente. La otra parte de esta primera poza era donde propiamente se lavaba la ropa con jabón. Un pequeño muro interior dentro de la poza separaba físicamente las dos zonas. La segunda poza, más pequeña que la anterior, era la llamada “de los enfermos”, ya que era allí donde se lavaban la ropa de enfermos y difuntos. Raramente se veía a gente utilizar dicha poza. Las dos pozas estaban unidas por un pequeño canal, pero físicamente separadas.

Junto al lavadero y donde actualmente se encuentra el campo de petanca existía un pequeño fregadero utilizado, junto las acequias cercanas, para la limpieza de los útiles de la cocina

El lavadero fue lugar obligado de visita durante décadas hasta la llegada del agua corriente a las casas. Independientemente de la estación del año, las mujeres bajaban a lavar sus ropas. Su buena orientación que impedía la entrada del frío viento del oeste gracias a su muro y donde los rayos del sol del invierno penetraban por la zona abierta del lavadero, así como una temperatura del agua recordada por las mujeres como “no muy fría” en invierno facilitaron la utilización del lavadero durante todo el año.



Lavadero de Lucena en desuso y peligro de ruina

Aunque el lavadero estaba abierto al uso durante todos los días de la semana, el lunes se convirtió en el día habitual para realizar la colada. De esta manera las mujeres del pueblo bajaban con sus cestas de mimbre llenas de ropa, sus tajos de jabón y su tabla de madera para lavar la ropa. Esta costumbre no impedía ver con frecuencia mujeres lavando cualquier otro día de la semana dada la gran cantidad de niños que requerían continuamente ropa limpia, en especial pañales para los más jóvenes.

Llegar al lavadero temprano garantizaba a las mujeres elegir el mejor sitio para lavar. El lugar más apreciado era el situado junto a la salida del agua limpia; un sitio privilegiado para acabar bien la colada.

La limpieza del lavadero se realizaba los sábados cuando el alguacil del pueblo cortaba el agua de acceso al lavadero y con un escobón limpiaba la suciedad acumulada para seguidamente volver a llenarlo.

Una alternativa para lavar en casa eran los “vaciones” o pequeñas pilas de piedra, hormigón, madera o zinc de poca profundidad y con una pequeña superficie lateral inclinada donde colocar la tabla de lavar. Un pequeño orificio en la parte inferior facilitaba la salida del agua sucia para conducirla a un cubo. Una vez lavada la ropa en el “vación” era necesario acudir al lavadero para quitar el jabón aclarando la ropa.


Vación

A diferencia de otros lavaderos donde se arrodillaban para el lavado, en Salillas se lavaba de pie, exclusivamente por las mujeres jóvenes o mayores de la familia, y utilizando el “jabón de tajo”, elaborado previamente en las casas (en próximos capítulos contaremos el proceso para su elaboración). Con el paso del tiempo las pastillas de jabón de tajo fueron sustituidas por jabón de polvos adquirido en las tiendas. Este nuevo tipo de jabón tenía mayor capacidad de limpieza y suponía un menor trabajo para la mujer.

Para secar la ropa se tendía al sol aprovechando los tendedores que se colocaban en los patios, corrales y balcones de las casas.

Bajar al lavadero, además de una labor domestica, es recordado como un acontecimiento social donde juntarse con otras mujeres para charlar e intercambiar noticias, chismorreos etc. Un lugar de improvisada reunión con animadas tertulias mientras realizar la colada.

Su fama fue recogida en los dichos recitados en los años cincuenta en la recuperación del dance que en honor a Santa Quiteria se celebraba para la fiesta menor en el mes de mayo:

En los dichos de este dance
no podía faltar
uno para el lavadero
porque es lugar principal.

Todos los lunes y martes
se forma una reunión
que chismorrea a su gusto
a su antojo y su sabor,
 
Y a las que en este chiste no nombro
que no se hagan ilusiones
pues yendo al lavadero
son todas como escorpiones
que a los pobrecitos hombres
nos dejan hechos jirones"



El lavadero: un lugar para el recuerdo

La llegada del agua corriente a finales de los sesenta y la posterior instalación de las lavadoras redujeron drásticamente la utilización del lavadero. Las primeras lavadoras que llegaron al pueblo no aclaraban y las mujeres continuaron bajando al lavadero a terminar la colada hasta que llegaron las lavadoras que incluían este último proceso del lavado. En pocos meses la costumbre de bajar al lavadero quedó relegada a la memoria de las mujeres, que actualmente recuerdan con nostalgia las animadas tertulias que se organizaban a pesar del duro trabajo de lavar a mano la ropa de toda la familia.

El lavadero, ya en desuso, fue derribado a principios de los ochenta. Aprovechando el edificio, se construyó un pequeño lugar de esparcimiento con varias barbacoas y campos de petanca, utilizadas puntualmente por los vecinos de Salillas.
Situación actual del lavadero
Hasta la próxima
Pablo Founaud


No hay comentarios:

Publicar un comentario