Introducción
Este es el caso del maíz o "panizo", como se llama en muchos pueblos de Aragón, que casi siempre quedó escondido en un segundo plano, pero su cultivo fue importante en la vida de los agricultores de Salillas.
Las primera vez que aparece citado el maíz, según Miguel Peligero (revista Ador nº13), como nuevo cultivo en la comarca de Valdejalón, fue a finales del siglo XVIII en Calatorao. Madoz en su diccionario Geográfico Estadístico de 1845 lo cita como uno de los cultivos de Salillas, mientras que en la Estadística de Producción Agraria de 1858 la superficie cultivada en Salillas era tan solo de 1,14 ha, algo más del 1% de la superficie cultivada en el pequeño termino municipal. Calatorao, Epila, Lucena también contaron en 1858 con algunas hectáreas dedicadas a este cultivo, siendo también un porcentaje pequeño respecto a otros cultivos.
Hasta mitad de los años Cincuenta del siglo XX.
Hasta mediados de los años cincuenta el cultivo del maíz se localizaba en pequeñas parcelas de regadío próximas al pueblo, siendo utilizado como base de la alimentación para los animales domésticos de la casa (vacas, gallinas y cerdos). En momentos difíciles de malas cosechas o escasez de alimentos era también utilizado como alimento para la elaboración en casas de “farinetas” o “farinas”. Al calor del hogar se juntaban los miembros de la familia y en una sartén mezclaban harina fina de maíz, trozos de pan, agua y algo de grasa (tocino, manteca,…); en poco minutos, tras removerlo adecuadamente, se formaba un espesa torta que desaparecía en pocos minutos entre los numerosos comensales.
En este periodo el cultivo se realizaba de forma totalmente manual siendo necesario, al igual que en el resto de los cultivos, la presencia de mano de obra abundante para todas las labores a realizar durante el ciclo de la planta. Los más mayores recuerdan cultivar hileras de maíz en los laterales de las huertas para formar una especie de barrera para proteger a los demás cultivos del aire. También se cultivaban pequeños campos alternando las hileras de maíz con judías secas o alubias.
Podemos describir las labores básicas para el cultivo del maíz durante este periodo gracias a los buenos recuerdos de los agricultores más veteranos.
Previa a la plantación del maíz, el campo era abonado mediante estiércol o fiemo recogido de los animales de la casa para posteriormente labrar el campo con un arado (brutón) tirado por caballerías con el objeto voltear y airear la tierra, mezclar el estiércol y hacer los caballones o pequeños montículos de tierra paralelos a lo largo de todo el campo. Hacia principios de mayo con el campo regado previamente para que la tierra tuviera humedad suficiente, el agricultor con una azadilla iba realizando uno a uno los agujeros para meter en cada uno de ellos un grano de simiente, dejando una separación entre cada dos agujeros de unos pocos centímetros. Una vez comenzaba el desarrollo de la planta se realizaba la labor manual de aclareo (entrecavar) con un azadón, para quitar las malas hierbas que podían crecer y entorpecer el desarrollo de la planta. Varias veces al año se debía realizar esta operación de limpieza de malas hierbas. Si crecían dos plantas juntas por haber introducido en la siembra dos semillas en vez de una, se quitaba una de ellas, generalmente la más pequeña, en lo que se conocia como "esmatar".
Las plantaciones del maíz no se solían proteger mediante sulfatos o pesticidas contra las plagas, ya que los recursos escasos económicos de las familias iban destinados a obtener el mayor rendimiento en la remolacha, cultivo principal y medio de vida durante estos años.
Las plantaciones del maíz no se solían proteger mediante sulfatos o pesticidas contra las plagas, ya que los recursos escasos económicos de las familias iban destinados a obtener el mayor rendimiento en la remolacha, cultivo principal y medio de vida durante estos años.
Durante el mes de octubre comenzaba la labor de recogida del maíz. La fecha del comienzo estaba en función del grado de humedad que contenía la pinocha. Los hombres con roscaderos, cuévanos o conachos de mimbre iban arrancando las pinochas una a una con simple giro de muñeca. Una vez llenos se acercaban al carro o galera para descargar y comenzar de nuevo. Las cañas del maíz se quedaban en el campo para ser retiradas a mano una vez recogida la cosecha; ayudados con un azadón, se formaban montones que pocos días después serían quemados en hogueras en la orilla del campo.
Roscaderos o Conachos para la recolección.
El maíz recogido era llevado a las casas donde estaba pendiente la labor de “descamisar” o “despinochar”. Para realizar esta labor las mujeres, familiares y vecinos se juntaban en el patio de las casas para una a una quitar a cada pinocha todas las capas vegetales que la rodean y protegen. No se arrancaban totalmente todas las capas que cubrían la pinocha ya que se aprovechaban algunas con el objeto de unirlas entre sí para formar trenzas o ristras y colgarlas posteriormente en los balcones y galerías de las casas durante varias semanas hasta el secado total de la pinocha. La imagen del pueblo cambiaba parcialmente durante este periodo con esta peculiar decoración de sus calles, todavía en la memoria de las mujeres del pueblo. Igualmente se dejaban para su secado extendidas en el granero, almacén o cualquier otra habitación con poco uso.
Durante esta labor de “descamisado” los dueños de las casas obsequiaban a sus voluntariosos trabajadores con algún trozo de mostillo como compensación al esfuerzo realizado. ¡Que buenas tertulias se montaban en los patios de las casas!, recuerdan con nostalgia los vecinos.
Tras su secado hacia marzo o abril, se separaba el grano de la mazorca, “desgranar”, para guardarla en sacos que serán llevados posteriormente al molino de Salillas para elaborar las harinas con las que alimentar a los animales de los corrales durante buena parte del año. Para esta labor se utilizaban cuchillos con el filo al revés o piezas metálicas con canto que ayudaran a soltar los granos. También se podía utilizar el tronco de una pinocha para ayudarse. Algunos vecinos disponían de maquinas desgranadoras manuales que reducían el tiempo empleado. El tronco y las camisas de las pinochas se guardaban, ya que una vez secos, eran utilizados para encender el hogar de la casa. También se guardaba algún saco de grano en el granero de la casa como simiente para el año siguiente.
El maíz utilizado durante estos años fue el llamado” zaragozano” (de ciclo largo), pero también entre los agricultores se utilizó el maíz “rastrojero” (de ciclo corto) que hacía referencia al momento y las condiciones en que se realizaba la plantación; durante el mes de junio, hacia San Antonio (13 de junio), los agricultores cosechaban el trigo de los campos para posteriormente plantar el maíz, quitando los rastrojos que deja el trigo recién cosechado. Recoger el trigo en junio era demasiado pronto para que llegara a madurar, por lo que se recogía siempre verde, pero no se podía esperar más si se quería que el maíz tuviera el suficiente tiempo para completar buena parte de su ciclo vegetativo antes de la llegada del frío; generalmente la pinocha obtenida era siempre más pequeña que la obtenida con semillas de ciclo largo. Este sistema era una manera de aprovechar al máximo durante todo el año las parcelas para el cultivo, con el inconveniente no dejarlo descansar para asegurar futuras buenas cosechas.
Algunos agricultores sembraban simiente de maíz a voleo y una vez comenzaba a crecer, con gran densidad de plantas, se recogía para su utilización como forraje para el ganado, sin esperar a que llegase a desarrollarse la mazurca.
Desde mediados los años cincuenta hasta finales de los sesenta.
El maíz tuvo en Salillas durante este periodo, un incremento en las extensiones cultivadas acompañando a otros cereales. Tres fueron las causas de este cambio en los cultivos.
- La causa principal del cambio fue la desaparición progresiva de los campos del cultivo de la remolacha azucarera. A principios de los sesenta la fabrica de la Azucarera de Epila, principal receptora de las cosechas de remolacha de los agricultores comienza su declive imparable hasta el cierre definitivo a finales de los sesenta. El motivo del cierre de la Azucarera fue la fuerte competencia que sufrió el sector remolachero por la extensión de los cultivos en Andalucía y valle del Duero generando un exceso de oferta en el mercado y una bajada de los precios. Años antes del cierre definitivo los agricultores comenzaban a sufrir restricciones en las cantidades de remolacha a entregar a la azucarera, con precios cada vez más bajos y orientados al rendimiento del azúcar y no al peso perjudicando al agricultor; del mismo modo se percibe un agotamiento en el suelo tras casi setenta años de un monocultivo exigente.
- Otro motivo para la aparición del maíz fue la mejora en el nivel de vida de los españoles. El crecimiento económico tras los duros años de penuria de la postguerra provocaron un cambio en la dieta. El trigo, principal alimento durante muchos años, dejaba paso a una mayor variedad de alimentos, donde la carne tuvo gran importancia. La creciente demanda de carne generó un incremento en el número de granjas y por tanto mayor necesidad de cultivar maíz para producir harinas para la alimentación de los animales; este proceso animó a los agricultores a plantar maíz, aumentando las superficies cultivadas y ayudados por el incremento de la superficie de regadío en España, gracias a la construcción de nuevos pantanos y canales (Embalse de Yesa, Canal de Monegros, Tranquera,…).
EVOLUCION CULTIVO MAIZ PROVINCIA ZARAGOZA | |||
AÑO | EXTENSION | PRODUCCION | RENDIMIENTO |
(hectareas) | (Quintales) | Quintales por hectárea | |
1944 | 2520 | 40068 | 15,90 |
1949 | 2700 | 37989 | 14,07 |
1956 | 6650 | 213465 | 32,10 |
1959 | 9500 | 361000 | 38,00 |
1962 | 17310 | 623160 | 36,00 |
1968 | 29000 | 1160000 | 40,00 |
1971 | 35000 | 1925000 | 55,00 |
* 1 quintal = 100 kg | |||
Fuente: Anuarios de Estadistica Agraria. Ministerio de Agricultura. |
- Un nuevo tipo de maíz aparece en los mercados; fue el llamado “maíz híbrido americano” cuyo rendimiento triplicaba al obtenido en años anteriores, incrementándose las cosechas de manera considerable y haciendo desaparecer casi totalmente el cultivo de maíz tradicional.
Anuncio periodico ABC, abril 1955
La explotación del maíz junto con otros cereales, especialmente trigo, formaron la base de la actividad agrícola en Salillas de este periodo (1955-1970); además coincidió con el inicio de la mecanización del campo. La adquisición de tractores y remolques comienza poco a poco a extenderse entre todas las familias de agricultores del pueblo mientras carros y galeras de madera entran en desuso.
La Hermandad de Labradores de Salillas, que agrupaba a buena parte de ellos, comenzó a adquirir diversa maquinaria para el cultivo del maíz (sembradoras) y otros cereales, que sus miembros podían utilizar en orden en los momentos de mayor demanda. A pesar de estos avances el proceso del cultivo del maíz siguió requiriendo de mano de obra, principalmente familiar.
Al ser el maíz uno de los cultivos fundamentales de la economía familiar las inversiones fueron dirigidas a mejorar la producción y rendimiento. La siembra a mano de la nueva simiente “maíz hibrido americano” fue sustituida poco a poco por sembradoras, inicialmente tiradas por caballerías y posteriormente por tractores, mientras los campos son ahora tratados contra la plaga del pulgón y abonados con nitratos que se repartían por el campo mediante un carretillo con dos pequeñas trampillas laterales que se abrían ligeramente para dejar caer el abono mientras la carretilla circulaba entre los caballones del campo. Tambien la labor manual de aclareo de malas hierbas (entrecavar) con el azadon fue sustituida poco a poco por herbicidas distribuidos por el campo con tractor. La recogida del maíz seguía siendo a mano con roscaderos aunque con una pequeña diferencia respecto de la anterior etapa y es que ahora el maíz se recogía limpio en el campo quitando totalmente la camisa que protege a la pinocha, desapareciendo por tanto el evento social que constituía el “descamisado” en los patios de las casas y la elaboración de las trenzas o ristras para su secado. La cañas, una vez recogida la pinocha, seguían siendo recogidas manualmente con la ayuda de un azadón. Durante algunos años los vecinos recuerdan las hogueras que con las cañas del maíz organizaban los jóvenes durante el invierno en las calles de Salillas coincidiendo con alguna festividad, aunque nunca se convirtió en una costumbre arraigada en el pueblo.
Los periódicos de aquellos años recogen que la comercialización y distribución de las nuevas semillas hibridas americanas fue llevada en Aragón por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad (actual Ibercaja). Las Cámaras Agrarias suministraron anualmente semillas a los agricultores de Salillas, ya que dadas las características especiales de esta nueva simiente no era posible guardar varios sacos para usarlas como semilla en la siguiente plantación.
El aumento de la producción y la necesidad de almenarlo y comercializarlo, llevó a los agricultores a nuevas forma de organización tras la recolección. Se construyen pequeños silos o “jaulas” con mallas metálicas y puntales de madera en las eras del pueblo donde almacenar el grano para su secado hasta su venta. Actualmente podemos contemplar los restos de un silo en el camino al Cementerio junto a la báscula municipal, utilizado por la familia Rosel, donde unos postes de madera verticales de alrededor de 2,30 metros de altura, clavados al suelo forman un rectángulo de unos trece metros de largo por tres metros y medio de ancho. La malla metálica estaría sujeta a estos postes mientras el suelo estaba recubierto con maderos o una ligera capa de cemento para evitar que la humedad afectara al maíz. Otros agricultores extendían su producción en las eras del pueblo, en los graneros de las casas o en las cocheras para su secado. La venta del maíz se podía realizar de dos maneras: En mazorcas enteras o con el grano suelto. El precio al vender el maíz en mazorcas era algo menor ya que se consideraba que el peso del tronco de la mazorca colaboraba en el total de kilogramos vendidos.
Antiguo silo para maiz en el camino del Cementerio
Los compradores de las cosechas de los agricultores de Salillas eran diversos; algunos llevaban sus cosechas a vender a Epila al almacén de Modrego. También se recuerda en Salillas la llegada de tratantes junto con antiguas maquinas desgranadoras que compraban el maíz junto a las eras y silos donde se almacenaba. Con unas enormes maquinas movidas con motor de gasolina, en poco rato los agricultores ayudados por horcas sacaban las mazurcas de las mallas y las echaban a la tolva en la parte superior de la maquina, separándose el grano del tronco en pocos minutos.
Uno de los tratantes más recordados llegaba al pueblo desde Alagón. También es recordado en Salillas los vecinos Jesús Langarita Ferrer y Jose María Monreal por sus trabajos como intermediarios en el pueblo para la compra del maíz para empresas de fuera. La importancia de este cultivo duró en Salillas poco más de un década. Importantes cambios se avecinaban en la agricultura.
Desde 1970:
Los bajos precios del maíz, que apenas cubrían los costes de producción y sobretodo la irrupción de los frutales a gran escala y en especial la experimental manzana Golden en la vega del Jalón, redujeron drásticamente la superficie destinada al maíz, destinando nuevamente buena parte de su producción para la alimentación de los pocos animales domésticos que todavía vivían en las casas, cuya desaparición llegó a principios de los ochenta.
En 1975, según el Mapa de Cultivos y Aprovechamientos de Epila y su entorno, en la Vega del Jalon entre Ricla y Urrea de Jalón la superficie ocupada por el maíz había descendió al 5.5% del total de las hectáreas de regadío.
En los últimos treinta años el cultivo de maíz se ha adaptado a los sucesivos cambios y transformaciones que ha ido sufriendo la agricultura en Aragón. Varios factores se han sucedido en el tiempo para que el maíz permanezca todavía en los campos de Salillas:
- Caída en el precio de la fruta por exceso de oferta, lo que ha ido obligando a buscar cultivos alternativos, siendo el maíz uno de ellos
- El progresivo envejecimiento de los agricultores, así como la falta de relevo generacional les lleva a buscar cultivos con poca utilización de mano de obra.
- Total mecanización de todo el proceso para su cultivo, reduciéndose la mano de obra y las horas invertidas por hectárea.
- La aparición de maíz modificado genéticamente que se adaptan mejor a las condiciones climáticas, suelos y plagas, al mismo tiempo que se aseguran mejores rendimientos.
- La entrada en la Unión Europea ha dado, a través de sus políticas comunitarias, incentivos al cultivo de maíz, en especial los últimos años como posible fuente de energía del futuro a través de la fabricación de biocombustibles.
DATOS COMARCA DE LA ALMUNIA | |||
AÑO | MAIZ (ha) | Regadio Total (ha) | Porcentaje |
1990 | 4247 | 21153 | 20,08% |
1991 | 4298 | 20707 | 20,76% |
1992 | 3773 | 20771 | 18,16% |
1996 | 1324 | 19431 | 6,81% |
1997 | 1750 | 21317 | 8,21% |
1998 | 1916 | 21898 | 8,75% |
2001 | 1891 | 22964 | 8,23% |
2004 | 1900 | 22214 | 8,55% |
2006 | 1253 | 19704 | 6,36% |
Fuente: Anuarios de Estadística Agraria de Aragón. Gobierno de Aragón. |
La unión de estas circunstancias ha facilitado que en los últimos años el paisaje de la huerta del Jalón y en concreto de Salillas se haya ido modificando. La superficie destinada a los frutales se ha reducido poco a poco para transformarse en cultivos de menos trabajo y más rentables para el agricultor. Campos de alfalfa, maíz, frutales y choperas forman actualmente el nuevo paisaje del entorno en la vega de Salillas de Jalón. Un paisaje que a buen seguro irá evolucionando con el tiempo en el futuro.
Hasta la próxima
Pablo Founaud
Julio 2011
Julio 2011